Cuaderno de Bitácora, Cuadernos de Viaje

Cuadernos del Sur: Nicaragua (un esbozo).

5/ II / 2013

Vuelo Madrid-Miami, más o menos sobre el Triángulo de las Bermudas.

«La única aventura posible/ es vivir viviendo./ Abrazar los horizontes,/ diluirse en el mar,/ ser una gota de Humanidad/ desparramada en el cosmos./ Vivir viviendo,/ abriendo destinos./ El ojo de un bebé/ no cambia/ hasta que muere anciano./ La aventura se mueve,/ baila, gira,/ no se sabe estar quieta./ Vivir es salir./ La aventura está fuera de tu tierra.»

Despego otra vez. Salto el charco de nuevo. Bajo mis pies, las olas mansas y los destellos blancos del sol. En el horizonte, palmeras, montañas verdes, cielos infinitos, noches estrelladas. Vuelvo a Centroamérica, con sus gentes, con su visión del mundo, con su libertad, autenticidad y aventura, con su sabor a pueblo, con su voz eterna. Vuelvo a Centroamérica donde es posible que siga yo mismo esperándome desde hace ya más de dos años. El destino concreto, en esta ocasión, Nicaragua, tierra de Sandino y de Gioconda Belli.

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‘Cristiana, Socialista y Solidaria.’ Lema revolucionario de Nicaragua.

El viaje lo hago, desde su inicio en Barajas hasta su conclusión en una mecedora bajo una noche fresca de Managua, junto a mi buen amigo y compañero de batallas políticas Arturo Warleta. En el aeropuerto esperan Alberto Menoyo, mi mayor descubrimiento en meses, y Castrillo, anfitrión nica de tantas noches y tantos karaokes. No tardo media hora en conocer al que será el cuarto integrante de la familia managüense, el gran Sergio Bollaín. Juntos, Arturo, Alberto, Sergio y yo, formaremos una hermandad conocida como los Hermanos Dalton, la Casa de los Cochones*, Dos Cheles y Medio o los Tres Mosqueteros y Dartagnan. Inigualables compañeros de viaje y vida en el intenso mes nicaragüense. Compinches de noches y ligues, confidentes de experiencias, charlas e ideas. Esta experiencia en Nicaragua es, en gran parte, ellos.

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Los Hermanos Dalton, Toña en mano.

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Imagen del momento en el que comenzó a redactarse el ‘Manifiesto Fraternista’.

El motivo de mi viaje, desconocido por muchos, es un proyecto en el que llevo trabajando meses y que llena de ilusión y entusiasmo mis días. Un proyecto vital que nace ahora pero que implicará, de funcionar, el resto de mi vida. Tras mucho tiempo de reflexionar y estrujarme el cráneo, tras mirar la realidad acá y al otro lado del charco y buscar la forma de acabar con tanta injusticia, tras intentar reconciliar mi ética y mi política, di el verano pasado con un clave que ha revolucionado, desde entonces, mis días. Fue volviendo en coche de un fin de semana en Cuenca con mi hermano Miguel Ángel Coloma. Tras criticar con cierta tristeza la situación actual y ver cómo el sentido común dictaba ideas fácilmente aplicables para superar la crisis-estafa que tenemos encima, surgió la palabra. Una palabra, desde la frase que tengo como lema personal que dice que la mejor denuncia es comunicar la esperanza, de la que podía podía salir toda una ideología. Algo nuevo por lo que podría merecer la pena luchar. Una bandera nueva que, superando las antiguas, nos uniera en un único frente mundial frente al que oprime y explota. Treinta años después, al fin, mi ideología, aquello en lo que creo. Tardé poco tiempo en compartir esta idea, esta urgencia, con mi compañero de batalla en las pasadas Elecciones Generales, Arturo. Aceptó el envite de redactar un ensayo a medias y subió a órdago: Teníamos que hacerlo en Nicaragua. No sólo porque él estuviera viviendo allá, sino porque lo que nos traímos entre manos sólo podía nacer en el Sur. Dicho y hecho, tras un proceso vivido a través de dropbox, correos y locutorios vallecanos en el que llegó a evolucionar incluso el término inicial, menos de cinco meses después, estoy acá, en Nicaragua, dispuesto a escribir al alimón un librito que tal vez pueda servir para revolucionar la realidad. Estaba a punto de nacer la ideología del siglo XXI, la última hija de la Revolución Francesa. Estaba a punto de nacer el Fraternismo.

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La mesa de trabajo de la que salieron las primera ideas que dieron forma al Fraternismo.

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Nuestra sala de trabajo, rodeada de post-it. Foto de Eva Bendaña.

Y entre mil post-it, mil debates, ideas que van y vienen, descubrimientos fundamentales, invenciones ya inventadas décadas atrás, piezas de un puzzle que encaja sólo y viajes al futuro con billete de vuelta, ha dado también tiempo para disfrutar de lo que Nicaragua ofrece. Nicaragua es un país maravilloso, con un paisaje de ensueño rodeado de volcanes humeantes y lagos kilométricos, en el que es muy fácil sentirse en casa. Quizá demasiado fácil para los que tenemos fecha de retorno y poco que hacer por la otra orilla. Es tan parecido a Honduras en tantas cosas que le es muy difícil a mi corazón no quedarse enganchado casi a diario. La mayor diferencia, que se hace patente casi desde el primer momento, es el nivel de violencia. Acá sí se puede salir a tomar una cerveza por la noche y permitirte el lujo de volver tarde a casa sin miedo. Pienso en mis hermanos hondureños y se me pone un nudo en la garganta, de tristeza pero en parte también de esperanza. Sólo estamos a una frontera. Honduras puede llegar a ser así, puede vivir en paz, puede disfrutar de su cultura y salir de la miseria. Urge tanto gritar al mundo estas injusticias y enseñar que pueden ser cambiadas con algo de voluntad…

Dentro de las escapadas más intensas e interesantes que hemos hecho de nuestro encierro literario ha estado la que hicimos al IX Festival Poético de Granada. Granada, sin duda, es una de las ciudades más bonitas de la Tierra, con un encanto especial que se desprende de cada esquina. Casas coloniales de todos los colores posibles, jardines exuberantes que invitan a perderse en ellos como una planta más, paseos amplios bajo un cielo que es varios cielos dependiendo casi del minuto del día en el que te encuentres, un pueblo agradable, librerías… Y si encima uno tiene el privilegio de escaparse en medio del Festival Poético la experiencia es inigualable. Hasta allá nos hemos escapado con la mara granadina formada por Alba, Lydia, Ramón, Irene y Lenin. Los días han dado tanto de sí que hemos llegado, incluso, a montar un recital en el Garden Café. Creo que con esto, y con el abrazo maternal que me dio Gioconda Belli, he tocado una de mis más altas cimas poéticas hasta la fecha.

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‘Bienvenidos poetas del mundo.’ Foto de Eva Bendaña.

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Mi encuentro con Gioconda Belli, cerrando círculos.

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Una imagen del recital que dimos en el Garden Café, hito poético.

«Y, tras esto, el pequeño poeta , resguardado por la noche y una luna llena infinita, agarró un bus y se dispuso a cumplir su palabra. Recorrió cientos de kilómetros, visitó paisajes nuevos, reconoció señales, colores y calores. Atravesó la frontera. Bajo del bus. Vio la bandera al lado del nombre que llevaba grabado en el corazón. Se agachó. Tocó la tierra con sus dedos, dedos manchados que recogerían de vuelta su pasaporte. Volvió al bus y, por horas, lloró emocionado y sobrecogido. Estaba en casa.»

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«…Se reencontró con Melvin, su cómplice. Le abrazó. No se creyó hasta horas después que fuera verdad. Volvió al barrio. Le temblaron las piernas frente a su casa. No le salieron las palabras con Bélgica. Sorprendió a Asentamientos en medio de misa. Se quedó enganchado a Erick. Volvió a dormir en la seguridad de la amistad de Silvia y Óscar. Sus pasos le llevaron hasta Paso a Paso, conoció el proyecto de la panadería, vio la guardería llena de niños y el dispensario lleno de medicamentos, se pateó todas las universidades de San Pedro Sula en busca de Meli, de Danny y, al fin, de Tammy. Volvió a casa de Lourdes. Vio a todos igual pero más ellos. Abrazo al maestro Bryam. Se rió con Fredy. Pasó otra noche. Comió con Maryi y Melvin. Le llevaron a tomar una granita (cuánto tiempo…). Se abrazó con Gerardo. Quedó con Anita y se vacilaron. Volvió a El Porvenir. Le tembló la voz. Subió la colina. Llamó a la puerta. Se encontró cara a cara con Don Ramón. Se llevaron las manos a la cabeza. Lloraron. Se rieron. Conoció la llave del agua en la propia casa de Don Ramón. Se emocionó al ver el agua. El agua. Al fin el agua. Se despidió. Se despidió de todos. Visto y no visto. Ya está. Bélgica, una vez más, le confirmó lo que ya sabía. Erick le renovó el cuello con una cruz vivida. Silvia y Óscar le dijeron hasta la próxima. Se despertó en la noche. Dijo hasta luego a la Rivera. Volvió al bus. Se sentó y, al amanecer, se dio cuenta de que, junto a él, el poeta, había alguien más. Había vuelto, a su ladito, casi encima de él, Miguel Ángel.»

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La vuelta a Nicaragua, tras los tres días hondureños, ha sido para rematar el ensayo pero, también, para disfrutar de la amistad que por estos confines ha nacido. Así que utilizo la tarde para escribir, la noche para salir y la mañana para recuperarme. Hay mucho que celebrar, entre otras cosas el cumpleaños de Arturo, y muy poco tiempo. Queda una semana de este mes loco e intenso y los planes son muchos. Entre otros, agotar las horas en el Fandango, probablemente el mejor garito de Managua, y cerrar todos los karaokes que nos sean posibles. Mi compinche noctámbulo, Alberto, así lo convenía mientras los abuelos se quedaban cuidando de la casa. Este mes nica también ha sido, aparte de lo profundo, salir, reírme, reaprender a disfrutar de la vida, que buena falta me hacía.

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Típico desayuno de Managua compuesto de bloody mary y galletas de chocolate.

Y así, los días han ido pasando hasta llegar a esta fresca noche de Managua en la que da por concluido este viaje y, con él, este nuevo Cuaderno del Sur. Me vuelvo con nuevos y buenos amigos, con muchos planes por concluir, con los abrazos necesarios de Honduras y con un libro bajo el brazo. No está mal. Todo apunta a que, más pronto que tarde, habrá un nuevo cuaderno de Nicaragua. Pero eso sólo el tiempo y la ya inminente Revolución Fraternista lo dirán. De sus luchas y sus propuestas les hablaré más adelante. Por hoy quedémonos acá, en América, disfrutando de la amistad y, por fin, de nuevo, de la libertad, la autenticidad y la aventura.

4/ III/ 2013

Managua. En una noche fresca y estrellada.

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Comentarios

3 comentarios en “Cuadernos del Sur: Nicaragua (un esbozo).

  1. Me ha encantado leer la crónica de una vivencia de la cual me siento partícipe!
    Eres un artista…nos quedamos con ganas de leer el producto final elaborado por ustedes dos!!

    Publicado por Alba | 18 abril, 2013, 18:02
  2. Impresionante Migue!!!!
    Un placer ser parte de su vida y que Ud. lo sea de la nuestra!!!!!!
    Un gran amigo, un gran hermano, un gran corazon, un enorme ser humano!!!!

    Gracias por ser uno de mis mejores recuerdos!!!! 😀
    Lo quiero un CHINGO Wirro Dundo!!!!

    Publicado por Tammy Krranza | 19 abril, 2013, 13:28
  3. Que gusto poderte leer, y saber que fuiste muy bien acogido en mi linda patria. Y me da un terrible enojo el no encontrarnos ni en Nicaragua y mucho menos en honduras, pero bien Dios sabrá por que suceden las cosas, y me dió mucha nostalgia encontrarme solo con tu recuerdo. Cuídate mucho y espero verte cuando Dios quiera.

    Publicado por Anónimo | 25 abril, 2013, 3:12

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"No hay nada más poderoso en el mundo que una idea a la que le ha llegado su tiempo".

-Víctor Hugo-

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