Nigeria

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#OccupyNigeria o el Sur también existe

Uno de los protestantes de #OccupyNigeria -CNN

Nos lo recordaba Mario Benedetti hace años con unos versos crudos y profundamente sinceros. Nos lo cantó Serrat haciendo suyas las palabras del poeta uruguayo. Nos lo gritan los datos ocultos tras el oficialismo de la crisis. El Sur también existe.

Ayer lunes Nigeria vivió una de las mayores huelgas en la historia del país, consiguiendo paralizar sus mayores ciudades así como el espacio aéreo. Según los convocantes, unas 100.000 personas salieron a las calles a protestar y hoy se espera que se duplique este número. Hubo nueve víctimas mortales, entre ellas un niño de 15 años y otro de ocho. Al parecer la policía, unos 23.000 efectivos sólo para la ciudad de Lagos, disparó a dar.

El nombre que bautiza la protesta nos es profundamente familiar: #OccupyNigeria. Denuncian, a consecuencia de la eliminación del subsidio al petróleo, la corrupción política y las altos sueldos del gobierno del presidente Goodluck Jonathan. Lo explican fenomenalmente desde GuinGuinBali aquí. Por resumir, y para que nos hagamos una idea, Nigeria, país exportador de crudo con 2’5 millones de barriles diarios, subvencionaba la gasolina de los nigerianos debido a que no existen refinerías en el país y se ven obligados a comprarla de fuera. Al eliminar el pasado 1 de enero este subsidio sobre el combustible, la gasolina ha pasado de costar 35 céntimos de euro por litro a unos 75 céntimos de euro aproximadamente. Todo esto por pagar un petróleo que, en último término, es suyo. Todo esto en un país en el que la mayoría vive con menos de 1’5 euros al día.

La historia nos suena a ya escuchada, la del país en vías de desarrollo tiene que pagar una cantidad obscena por los productos manufacturados de sus propios recursos naturales. Pero lo cierto es que ayer murieron nueve personas (dos de ellas niños) por denunciar esta injusticia, y lo hicieron bajo el nombre #OccupyNigeria, bajo la bandera del 99%, en las olas de la Primavera Árabe y nuestro #15M. Sin embargo, no fueron Trending Topic y hoy muchos no sabrán de la esperanza despertada y de la necesaria solidaridad con su lucha. Los medios tradicionales de nuestro país venden de soslayo la versión oficialista de los conflictos religiosos como causantes de los disturbios, despistando al lector del epicentro de la lucha.

Cuando salimos a la calle el pasado 15 de mayo con intención de tomarla, despertamos algo a nivel mundial que sobrepasó todas las expectativas, saltó a occidente la revolución necesaria para detener el ansia de los acaparadores, para traer la justicia por el camino de la paz. Pero esto despertó también una profunda responsabilidad con los ecos que surgirían después de Sol. No podemos olvidarnos, en nuestras reivindicaciones, de la mitad del planeta. Si reducimos la crisis a nuestra hipoteca, nuestro paro, nuestra Constitución, nuestros partidos o nuestros servicios públicos nos olvidamos de que enfrente tenemos a un adversario global y que se alimenta, para mantenerse, de los países de los que lleva haciéndolo durante siglos. Que la lucha sea global significa que yo lucho por los derechos de otr@s como si fueron los míos propios aunque estén a kilómetros de distancia y luchar por los derechos de otr@s significa conocer, sentir como mías, interiorizar, sus preocupaciones y sus luchas. Incluso priorizarlas cuando la urgencia de la situación así lo indique.

Que la lucha, nuestra lucha, la que vimos nacer en Sol el 15 de mayo, sea global implica, por coherencia, que el Sur también existe. Como ya lo dijera Benedetti. Como ya lo cantara Serrat.

Vídeo de Al Jazeera con testimonios de las protestas de ayer en Nigeria:

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"No hay nada más poderoso en el mundo que una idea a la que le ha llegado su tiempo".

-Víctor Hugo-

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