He recorrido el océano. He cruzado medio mundo.
He acariciado las nubes con mis dedos
encaramado a la cima del Merendón.
He visto amanecer. He visto atardecer. He visto el cielo
abierto, el cielo en llamas, el cielo pintado, el cielo de una alucinación.
He visto animales nuevos, plantas nuevas, temperaturas
nuevas.
He viajado por paisajes imposibles, por bosques infinitos,
por cumbres irreales, por playas inesperadas.
He viajado bajo la manaca y el malinche,
a través del nublado y sobre los bordos,
en la espesura de palma y entre caminos de tierra y polvo.
He descendido ríos eternos, he surcado las olas revueltas en
la fragilidad de un cayuco, he recorrido senderos y pasajes ocultos.
Me he bañado desnudo en el mar Caribe
de noche
mientras en el horizonte peleaban los rayos.
He dormido en el suelo, he soñado en el cielo.
He aprendido a medir el aura.
He aprendido a curar con hierbas, con energía, con las manos,
con mis manos.
He sido campesino,
he ordeñado y he chapeado,
he recogido madera en la espesura.
He sembrado y he cosechado.
He sudado al sol del trabajo y he bebido agua fresca.
He echado de menos.
He bendecido niños, agua, fuego.
He sentado a la mesa del pueblo a alcaldes y ministros.
Me he agarrado a verjas de hierro, he saltado muros,
me he quemado entre el asfalto y el zinc,
he leído la verdad en las paredes.
Me he perdido en el infierno, he temido a la noche, me han
protegido el destino y la mala puntería, he mirado cara
a cara a la muerte. He sonreído.
He fracasado. He avanzado.
He regateado por el precio de un ataud. Lo he pagado. Lo he
cargado a mis espaldas.
He asistido a velorios de críos de veinte años.
He visto llorar a viudas de diecipocos.
He oído a las maras rezar rosarios a los muertos.
He llorado de rabia. He llorado de impotencia. He fumado
en pipa.
He gritado en la tormenta.
Me he vuelto loco.
He tenido en mis manos la vida, he apretado la mano a la
muerte.
He regalado una esperanza que no tengo.
Me he manifestado junto a los sin voz y por ellos.
Me he sentado a la mesa con ellos.
He celebrado con ellos, he rezado con ellos.
He cantado «No basta rezar» con ellos.
He luchado con la Resistencia, he sido señalado,
desprestigiado y respetado.
He reconocido la belleza ancestral en cantos, en
movimientos, en mujeres.
Me he sentido universo.
Me he enfrentado a los terratenientes, he ayudado al pueblo
a recobrar sus tierras.
Me he encarado con abogados mafiosos,
me he hecho respetar por los que oprimen al empobrecido
y un día medí mis fuerzas con un marero.
He comido poco, me he enfermado mucho.
He escrito versos, he escrito crónicas, he escrito cartas, he
escrito lo que no debía, he escrito demasiado poco, he
escrito tal vez mucho.
He sido pirata.
He luchado contra los elementos. Me he inundado. He
empujado al viento. He caminado sobre el mar…
…but I still haven´t found what I´m looking for…
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