Continuamos con este espacio semanal que tantas satisfacciones está generando para el Mundo de Mañana y sus lectores. En esta ocasión, contamos en nuestro Salón de Invitados con la generosidad, la pluma ágil y la genialidad de Javier Maroto, músico y cantautor. Como es de la casa, ha entrado hasta la cocina, se ha servido de unas cervezas que ha traído y un puñado de panchitos y, mientras se hacían las pizzas, ha vuelto al salón para, en dos frases y tres ideas, cambiar el mundo y revolucionar la noche.
Javier Maroto se ha pateado los escenarios de todo el país y de parte del mundo llevando sus canciones hasta aquella persona que ha querido prestarle oídos y corazón. Con dos discos al hombro, ‘Luz’ y ‘Al revés’, Maroto ha demostrado ser todo un trabajador de la poesía, un artesano de las melodías, un proletario del arte, capaz de generar atmósferas únicas y un universo poético personal inconfundible e inspirador. Su próximo disco, que con toda probabilidad será grabado este verano, dará muestra una vez más de esa manera suya tan especial y detallista de hacer canciones, algo así como si estuviese construyendo un juguete a veces delicado y a veces rotundo. Los que queráis saber más de él, tenéis la suerte de que hace unas semanas se ha estrenado en spotify y podéis escuchar sus dos anteriores trabajos. Quizá ahí veáis que, desde sus inicios en El Retiro hasta sus éxitos en salas como Clamores o la Sol, Javier Maroto, con sus letras y su música, es un maestro componiendo pero, muy especialmente, en el arte de vivir viendo.
Esto es lo que nos ha contado en nuestro Salón de Invitados:
Desayuno / preparar desayunos
Me ducho, me visto / preparar duchas, ayudarles a vestirse.
Salgo para clase / acompañarles al cole / voy a trabajar /
Como / comemos
Vuelta a clase / vuelta al cole / vuelta al curro
Hora de salida, una caña con los colegas tal vez / a casa pitando a recogerles de la clase de fútbol
Estudio o curioseo el facebook, no sé…/ deberes y a preparar cenas
Un libro, una frikada en youtube y a dormir / lávate los dientes y a dormir que ya es tarde
Desayuno / preparar desayunos
Me ducho, me visto / preparar duchas, ayudarles a vestirse.
Salgo para clase, qué suerte que hoy no empiezo hasta las 10 / acompañarles al cole / voy a trabajar, a ver qué nueva chorrada me pide hoy el mamón de mi jefe /
Como / comemos
Vuelta a clase, qué coñazo / vuelta al cole / vuelta al curro, por Dios que sean ya las 18h
Hora de salida, hoy paso, me piro a casa / pitando a recogerles de la clase de inglés
Qué tarde més tonta se ha quedao no?/ deberes y a preparar cenas
Mi serie favorita, un colacao y a dormir / lávate los dientes…esta noche no hay tiempo para cuentecitos!
Desayuno / preparar desayunos
Me ducho, me visto / preparar duchas, ayudarles a vestirse.
Llego tarde a clase, mierda de metro / acompañarles al cole / voy a trabajar, mierda de atasco
Mal-como / hoy ni tiempo para comer
Paso, me voy al parque con Laura / vuelta al cole / vuelta al curro, no si ya verás como hoy no salgo de aquí hasta las 21h
Vienes a casa y la continuamos allí? / rápido que tenemos hora con el dentista…madre mía, de dónde saco yo ahora para el dentista?
Si quieres te puedes quedar a dormir…/ es que ese profesor no sabe más que mandar deberes? Cenas
Ni serie, ni facebook, ni colacao, ni dormir… / pero aún estáis despiertos? Jesús, que cruz!
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Y si en vez de tan de cerca – tan de minuto a minuto, tan de hora en hora – miráramos un poquito desde arriba, a vuelo de pájaro, a vista de nube.
Y si en vez de recordar la agenda de hoy, de mañana o de pasado volviéramos el recuerdo a la memoria del corazón, a la de cuando éramos niños, cuando decíamos aquello de “yo de grande voy a ser…”
El tiempo, la vida feroz, que se escapa como agua entre las manos, es vida de muy distintas maneras: con crisis -claro -, con trabajo – por supuesto -, con dolor – evidentemente -. Pero también existe la vida que buscamos. La utopía no es sino el truco de los poderosos para que no escapemos de nuestro trabajo-esclavitud.
Son muchas las señales que nos hacen entender que somos protagonistas de EL CAMBIO.
No es una crisis-terror, es una crisis-cambio.
Por primera vez y gracias en parte a esa genialidad de la comunicación llamada Internet, sabemos que nos engañan,
que no es que hayamos vivido por encima de nuestras posibilidades, es que aprovecharon para robar todo lo robable mientras creíamos ser felices,
que no es que no quede otra que flexibilizar el mercado laboral para ver la luz en el 2014, sino que están convencidos de que ahora o nunca es el momento perfecto para hacernos creer que tenemos que perder todos nuestros derechos laborales.
Que existen otras maneras de vivir y consumir, más comunitarias, más participativas, más redistributivas de la riqueza y menos agresivas con el planeta (¡ojito con la basura tecnológica generada por cambiar de móvil cada 6 meses!)
Que existe otra manera de educar, con menos contenidos, con más experiencias, con menos exámenes y más asambleas y sin religión en las aulas de una santa vez.
Que ellos son cuatro ricachones, viejos y viejas de corazón que perdieron su niñez tras un puñado de euros; y nosotros millares, legiones de hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas, abuelas y abuelos, de cualquier condición, credo y lengua. Mandamos nosotros y no ellos por tanto.
Vamos a hacerlo. Vamos a ver el cambio. Es ahora. Es la historia que nos recuerda que no nos puede ganar la rutina, ni el trabajo, ni las complicaciones diarias.
Y qué suerte en definitiva, qué suerte caray, que nos ha tocado a nosotr@s ser la generación que hará más felices a las generaciones venideras.
-Javier Maroto-
Maroto: No me cansaré de decir que eres un MAESTRO.