Cuadernos de Viaje

Destino Casamance. Capítulo 2: Primeros pasos en Ziguinchor.

(Viene de ‘Destino Casamance. Capítulo 1: La vuelta a Senegal‘)

Redacción: Antonio Grunfeld

Fotografía: Ramón Montero, Antonio Grunfeld 

Tras catorce horas en el Ferry, llegamos a Ziguinchor. Habiendo dormido poco y mal, nos despertamos al alba para disfrutar del paisaje que ofrece la desembocadura del río Casamance, donde con frecuencia se pueden ver delfines dando la bienvenida a la zona. Nosotros no tuvimos esa suerte, pero mereció la pena el madrugón, a cambio de vernos rodeados por kilómetros de manglares, que de vez en cuando se veían interrumpidos por cabañas de pescadores, con sus cayucos varados en la costa.

Amanecer desde el Ferry Aline Sitoe Diatta

Amanecer desde el Ferry Aline Sitoe Diatta

Lo primero que nos aguarda en el puerto es una larga fila de militares, lo que nos recuerda que estamos entrando en una zona que se encuentra en conflicto armado desde hace más de 30 años. Al traspasarla, nos esperan Alvar Jones y Esther Domínguez, una pareja de cooperantes que lleva ocho meses viviendo allí. Al igual que Jara, ellos se van a convertir en una pieza clave de esta expedición, a través de su hospitalidad y de su experiencia en el terreno. Tuvimos la suerte de coincidir meses atrás en Guinea Ecuatorial, cuna de la familia del padre de Alvar, y en poco tiempo surgió una confianza que se iba a ver consolidada en los siguientes días. Un correo electrónico desde España, y una llamada de teléfono desde Dakar, bastaron para que se interesasen por nuestro proyecto y nos abriesen las puerta de su casa. La suerte nos seguía acompañando.

Esther Dominguez en el proyecto “Futur Au Présent

Esther Dominguez en el proyecto “Futur Au Présent

Desde el primer almuerzo juntos en la Alliance Franco-Sénégalaise, compartiendo una Gazelle (cerveza local) y un plato de pescado con arroz, nuestros amigos empiezan a aportar ideas al proyecto. Son muchas las ONG’s que operan en la zona, y se puede encontrar cooperación de numerosos países, como Italia, España, Alemania, Estados Unidos, etc… Alvar trabaja como Delegado de Cruz Roja Española en Senegal, y Esther llegó acompañándolo, y en poco tiempo encontró un proyecto en Handycap Internacional. Ambos son personas muy críticas respecto a la Cooperación Internacional, y sus puntos de vista son el mejor filtro para que podamos seleccionar proyectos que funcionen y trabajen de una manera ética.

Alvar Jones en el Centro de Protección de menores de Kandé

Alvar Jones en el Centro de Protección de menores de Kandé

Todos nosotros tuvimos la suerte de coincidir en Bata (Guinea Ecuatorial) con Gustau Nerín, antropólogo y escritor especializado en África, quien escribió el polémico libro “Blanco bueno busca negro Pobre” (editado por Rocaeditorial). Si bien el libro suscitó numerosas críticas en el sector de la Cooperación, ya de por sí perjudicado por la situación económica y los recortes, bajo mi punto de vista es una manual de buenas prácticas, idóneo para aquellos que estamos empezando nuestra senda en este mundo, y de obligada lectura para todos aquellos que estén trabajando de una manera u otra en este sector. El libro critica con firmeza los excesos cometidos en el mundo de la Cooperación en estos últimos años, la mayoría de ellos llevados a cabo por instituciones y organismos internacionales (Naciones Unidas, Unicef, OMS, etc…), pero también muchos a causa de las malas praxis de ONG’s de gran envergadura como Intermon Oxfam o la Fundación Bill y Melinda Gates. A través de ejemplos basados en su experiencia personal, Nerín desmitifica el halo de pureza y heroicidad que han creado los medios de comunicación alrededor de la figura del cooperante y saca a relucir muchos errores comúnmente cometidos en este sector, como por ejemplo, proyectos llevados a cabo sin un análisis previo del terreno, o con un desconocimiento completo de las necesidades de la población local. Millones y millones de euros despilfarrados sin ningún sentido, cuyo único objetivo es llenar los bolsillos de algunos indeseables, justificando las necesidades que tiene el mal llamado “Tercer Mundo”. Y es que muchas veces, las necesidades de estos países son creadas directamente por estos organismos de cooperación, que llegan en tropel, arrasando, con las últimas tecnologías y los mejores equipos, sin pensar que cuando se acabe la subvención de turno se marcharán y abandonarán el proyecto sin haber dejado una solución real al problema. Errores garrafales en consonancia con la estructura de este sistema globalizado, pero que en este sector son siempre maquillados bajo el prisma de la ayuda humanitaria y la benevolencia de Occidente.

Un pueblo de pescadores a la orilla del río Casamance

Un pueblo de pescadores a la orilla del río Casamance

De vuelta a nuestra expedición, por la noche y tras una buena siesta, recorremos con Alvar y Esther las calles de Ziguinchor antes de sentarnos a cenar. La oscuridad es total en la mayoría de las calles (excepto en algunas rotondas que mantienen todavía la iluminación de navidad a finales de enero) y el estado del asfalto se encuentra muy deteriorado. Aún así, y aunque el aspecto no resulte muy acogedor, la ciudad tiene bastante vida por la noche, y nuestros amigos nos comentan que es relativamente segura en comparación con otras urbes africanas. De momento, ya notamos que las personas son más amables con nosotros, y que la presión por sacarnos algo de dinero ha disminuido drásticamente desde que salimos de Dakar.

Interior de una casa “Impluvium” en el pueblo de Enampor

Interior de una casa “Impluvium” en el pueblo de Enampor

Ya en el restaurante, entre cigarrillos y cervezas, y tras volver a gozar de la buena gastronomía del país (a precios irrisorios si comparamos calidad/precio con Europa ), discutimos ampliamente con nuestros anfitriones acerca de las distintas organizaciones que podemos visitar. Tenemos poco tiempo, un amplio abanico de proyectos y lo mejor: libertad total de elección y de creación. Ninguna organización ha financiado esta expedición, no tenemos ningún objetivo de lucro en mente, y por lo tanto tenemos que aprovechar esta situación para visibilizar proyectos desconocidos para la mayoría, y que mantengan una pureza en su ética a la hora de trabajar. Finalmente, nos ponemos todos de acuerdo, y nos inclinamos por cuatro proyectos que cumplen estos requisitos, a los cuales podemos acceder fácilmente, y que serán los protagonistas de los siguientes artículos. En Ziguinchor, visitaremos un Centro de Protección de menores apoyado por la Cruz Roja Española, y una casa de acogida que combate uno de los principales problemas del país: los niños de la calle. Nos desplazaremos a una pequeña comunidad rural en Enampor para conocer el proyecto autofinanciado de Cineastas en Acción, y por último, nos adentraremos a cientos de kilómetros hacia el interior del país, casi en la frontera con Guinea Bissau, para visibilizar un proyecto local que ha decidido rechazar el término de “Seguridad Alimentaria” para transformarlo en “Soberanía Alimentaria”.

(Continúa el próximo jueves en el Mundo de Mañana)

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